Criterios para una gestión eficiente

Hoy es necesario contar con criterios concebidos ante las realidades específicas analizadas, que contribuyan a mejorar la propuesta de centro-izquierda y progresista con una oferta y un compromiso de gestión distintiva de políticas públicas ante los desafíos emergentes.

Apostar por una gestión eficiente

Es prioritario reforzar el criterio de eficiencia en la administración municipal como un activo estratégico. Esto, permitirá marcar nuevos ciclos en la gobernanza y propiciar cambios organizacionales en las y los funcionarios y la cultura institucional, para así alcanzar mayor eficacia en las decisiones y la implementación de iniciativas públicas locales.

Este criterio debe ser aplicado en todo nivel de la estructura municipal: desde el tipo de personal a contratar, sus perfiles y capacidades; así como el establecimiento de las prioridades en la planificación, las licitaciones y concursos públicos y el destino de recursos.

Defender la probidad como estándar mínimo democrático

Una gestión eficiente requiere potenciar defender, en todo nivel y momento, el buen uso de recursos, pues esto contribuye a la transparencia a la toma de decisiones y promueve el desarrollo de iniciativas en un marco necesario para la reconstrucción de las confianzas.

Esto sugiere implementar Agendas de Integridad y de Gobierno Abierto en las administraciones locales como una manera de fortalecer la gestión municipal, y con ello contribuir a reforzar la democracia, la participación y legitimidad de las instituciones.

La innovación como piso para la transformación

Para enfrentar temas controvertidos como la seguridad, la migración, y el uso del espacio público, entre otros. Su valor radica también en actualizar los enfoques de gestión predisponiéndose a cambiar, transformar entornos y a recibir aportes de diversos actores.

Debe ser entendida como un criterio transformador, y para que ello ocurra, es necesario que las y los alcaldes transmitan esta necesidad desde sus propios liderazgos hacia los encargados y los funcionarios y, desde ahí, a los procesos y a sus culturas organizacionales.

Participación para mejorar la gestión

Transitar hacia una transferencia efectiva del poder local que está presente en las comunidades organizadas y su capacidad de incidir en la gestión municipal.

Para ello, los municipios deben generar una estructura de diálogo activo y permanente con la ciudadanía a través de mecanismos innovadores y dinámicos que fomenten la comunicación, las consultas y el apoyo a iniciativas afines.

Democracia Municipal Abierta: Gestión eficiencia, Probidad, Innovación y Participación

Énfasis en lo público y defensa de lo colectivo

La defensa de lo público y de lo colectivo surge desde la perspectiva de propiciar el uso eficiente y transparente de los recursos públicos que pertenecen a todas y todos, así como de la vinculación entre la institución y las personas y la activa participación de la ciudadanía.

La buena administración de los recursos financieros y humanos, cuando es realizada bajo estos criterios, permite revalorizar la democracia, sus instancias participativas y promover la colaboración entre las y los vecinos, tanto en la toma decisiones y el acceso equitativo a los servicios públicos.

Gestión sostenible y con perspectiva de género

Es clave comenzar con la identificación de las brechas de género al interior de los gobiernos locales, no solo en cobertura y oferta de iniciativas, sino también en cómo se gestionan y conceptualizan en áreas salud, la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad, y los cuidados, entre otros. Esto contribuirá al debido reconocimiento de las mujeres como beneficiarias de políticas públicas locales y al rol que desempeñan en organizaciones vecinales, en liderazgo y gestión e innovación para potenciar las culturas organizacionales.

Por otro lado, la integración de una visión ambientalista permitirá identificar problemáticas relativas a desafíos globales y estructurales del desarrollo, las que tienen impacto en lo local, tales como: la crisis hídrica, el costo de la energía, la gestión de desechos y basurales y la reducción de la contaminación ambiental, entre otros que inciden en el bienestar.